Para ello, teníamos una serie de dibujos y debajo de ellos teníamos que buscar su inicial.
Una vez encontradas todas las iniciales ya podíamos leer la palabra escondida.
Este juego, con el cual trabajamos la conciencia fonológica, lo realizamos de forma cooperativa; nos lo pasamos fenomenal. Los niños pedían más y más palabras escondidas.
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