Durante estos días hemos estado trabajando la Cuaresma y en la oración de la mañana hemos estado muy atentos a nuestro árbol Viator.
El árbol Viator crece mirando al cielo, es fuerte y se mantiene siempre firme
a pesar de las tormentas y los vendavales.
Antes de la Primavera, los árboles necesitan
podarse para limpiar las ramas secas, las que no les dejan crecer con fuerza.
Cada semana hemos ido quitando una rama donde había algo
malo: orgullo, comodidad, discriminación, desconfianza y aislamiento; para que creciera una
nueva rama sana y fuerte, llena de cosas buenas: humildad, esfuerzo, acogida, confianza y amistad.
¿Y con qué hemos podado las ramas?. Pues con unas tijeras de podar. Unas tijeras muy fuertes, a prueba de grandes ramas secas, que tienen la fuerza de “Jesús”, nuestro amigo. Que siempre nos va a ayudar y nos va a
servir de modelo de buen comportamiento.
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